miércoles, 6 de marzo de 2013

Capitulo 3


Mi reloj de pulsera marca las siete y diez de la mañana, me he pasado toda la noche hablando con mi hermano, aunque él no sabe más que yo, es decir, no tenemos ni idea de lo que pasa, a los dos nos han dicho que seremos de gran ayuda en un proyecto o algo así.
-Vosotros dos, arriba- dice la voz inconfundible de Jalso- Shumo te ha decidido ver ahora, así que intenta no insultarle otra vez, o tu vida no tendrá la misma surte que ayer-me dice mirándome a los ojos.
Me agarra por un brazo y está dispuesto a llevarme a ver a Shumo otra vez cuando mi hermano se levanta, le lanza a Jalso una mirada desafiante, y con la mayor frialdad y sequedad que he visto en mi vida le dice:
-Suéltala
-¿Por qué tendría que hacerlo? ¿Crees que con tu espada de juguete y tus movimientos estúpidos de esgrima podrás hacer algo?
- ¿De qué habla, Mark?- le digo con desconfianza
-¿No te lo ha contado?- me dice- pues al final no es un hermano tan perfecto, es increíble que no te haya comentado nada aún sabiendo que tu vida peligraba.
-¿Qué?
-No pasa nada Samara, no es algo de lo que debes preocuparte ahora- me dice Mark mientras disimuladamente se lleva la mano a la espalda
-¿Cómo que no…?
-¡TE MATARE!- exclama mi hermano mientras algo en la mano le reluce por la luz del día.
Todo sucede muy rápido, Mark se abalanza sobre Jalso y él saca su espada y de un golpe seco lanza volando lo que mi hermano tenía en su mano y aterriza en mis pies, me quedo aterrorizada al darme cuenta que es un puñal manchado de sangre, no soy capaz de apartar la vista de él hasta que Mark emite un agudo grito y se cae al suelo, pienso que Jalso lo ha matado, y por eso no me lo pienso a la hora de coger el puñal y tirarme a Jalso, lo pillo desprevenido porque consigo clavárselo  en una pierna, él se pega a la pared y se deja deslizar al suelo lentamente mientras se apretaba la herida para que no le sangrase más, me dirige una larga mirada y su voz apenas es un susurro cuando me dice:
-Aunque no hayas recibido entrenamiento previo, serás una de ellos, aunque en un combate frente a frente tendrás que practicar mucho para poder tener una mínima posibilidad de vencerme, y ahora, con Shumo.
-¡NO!- grito aferrándome al cuerpo de Mark- no lo dejaré aquí tirado, si haces algo para que no le duela ni se muera, iré siempre que Shumo te lo pida.
-Eres tonta, aunque lo deje morir aquí, tendrás que venir igualmente, aunque sea herida, si lo curo es para no buscarme un problema con Shumo por haberle hecho daño, si es por su vida, no te preocupes, sobrevivirá, y ahora, con Shumo- me repite
No tengo más remedio que hacerle caso, me pongo recta, y subo las escaleras mientras me fijo por primera vez en los otros prisioneros, que también son personas, algunas heridas, otras ya muertas… me obligo a apartar la mirada porque mi estomago se está revolviendo, siento un ruido seco, me giro, y veo a Jalso inconsciente en las escaleras y a una chica de unos 12 ó 13 años con una espada en su mano, acto seguido, aparece otra persona, resulta ser un chico de unos 13 años también, que me tiende amablemente la mano mientras la chica coge a Mark.
Yo no suelo ser muy confiada, pero sé que irme con ellos es la mejor opción que tengo, le tiendo al chico simpático mi mano y, de repente, todo empieza a darme vueltas y las celdas que tenía alrededor se difuminan y empiezan a desaparecer a mi alrededor. Pasado un rato, vuelvo a verlo todo mejor, solo que ya no estoy en el mismo sitio de antes, ahora estoy en una especie de cueva con un fuego encendido.
La chica me mira y me dice:
-Hola, me llamo Dina y este es Kozy- me dice refiriéndose al chico simpático- seguro que tienes muchas preguntas que hacer, pero es una historia muy larga, que ahora mismo no procede contarte, quizás más tarde, y tu-dice mirando fijamente a Mark- me suenas de algo.
-¿Yo?, no, yo a ti no te conozco, nunca te había visto
-Pues yo sé quién eres- dice Kozy
-No, no lo sabes- dice mi hermano algo nervioso
-Sí, claro que lo sé, eres ese famoso Espadachín, aquel que dejó de servir a la agencia por culpa de una misteriosa cosa intencionada, o al menos, eso me han dicho
-¿Mark? ¿Qué sabes que no me has contado?-Le digo con una horrible sospecha
-Samara, no te preocupes, ¿te acuerdas que me apunté a esgrima? Bueno, pues me vieron unas personas y…
-¿No crees que es hora que tu hermana sepa la verdad?-dice una voz misteriosa
-¿Quién anda ahí?-pregunto con cierto temor
-No te preocupes, esa es Antya, es otra Espadachina- me dice Dina
-Sí, y Mark, ¿Cuándo le dirás a Samara que tú hiciste que os mudaseis para proteger a tu familia? Aunque, por lo que veo, no has conseguido nada-dice Antya con cierto sarcasmo
-¿Qué?-digo enfadadísima-¿Qué acaba de decir? ¿Qué tu qué? ¿Qué has hecho que qué?
-Samara, lo hice por nuestro bien- me dice mi hermano
-¿Por nuestro bien o por el tuyo y el de tu estúpida agencia? ¿Acaso no sabes todo lo que he tenido que dejar atrás? ¡Todo!
Los miro a todos, uno por uno y les digo:
-Estáis locos de remate, no pienso volver a hablar con vosotros, y ahora me voy para mi casa, me da igual que Jalso o Shumo me…
-Espera-me corta Kozy- ¿Qué sabes de Jalso y Shumo?
-¡Nada! ¡No sé nada!, cuando alguien me apunta con una espada al cuello, no me paro a preguntarle cosas sobre él como si fuese una de esas personas de las encuestas para saber que estúpido pañuelo te gusta más esta temporada.
-Todos pensamos que te había capturado para chantajear a tu hermano
-¿Chantajearlo para qué? ¡Yo aquí no soy el conejillo de indias de todos! ¿Queda claro?
Saco el puñal de mi pantalón y lo lanzo, me sirve el tiempo suficiente como para que todos se distraigan lo suficiente como para que eche a correr fuera de la cueva, vuelvo a estar en el bosque y de repente me paro en seco y me doy la vuelta muy despacito, miro a Antya y exclamo:
-¡Tu eres la chica misteriosa del bosque!
-¡Qué lista!-dice con sorna
-Perdona, pero la última vez que te vi, me echaste a patadas de un sitio que ni siquiera sabía que no se podía estar y acabé con Jalso encima ¿vale? A sí que después no me acordé más de ti, de una persona de la que ni siquiera sabía su nombre
-Vale, no voy a discutir contigo, pero supongo que te mereces una explicación a todo esto
-Pues creo que sí
-Bien-comienza su relato Dina- hace mucho tiempo había una organización de personas que sabían usar las espadas y demás armas blancas, se dedicaban a matar la gente por diversión y para ver sufrir a sus familias, pero en uno de esos casos, una niña de 5 años estaba a punto de ser asesinada por ellos, cuando apareció otra persona y la salvó, matando a toda la gente de la organización que había participado en esa misión, la noticia se corrió, y pronto, otras personas que manejaban espadas y demás, empezaron a hacer lo mismo, la organización se fue debilitando hasta que desapareció, esos espadachines obtuvieron muchos premios, y a ese tiempo se le llama la Era de los Espadachines.
-Pero-continua Kozy-no todo salió bien, la organización resurgió, con Shumo al mando, y ningún de los antiguos Espadachines pudieron con él, por eso, ahora hay una agencia que coge a niños y niñas pequeños que los han salvado y les instruyen en esgrima.
-Pero hay excepciones-dice Mark- yo fui una de ellas, me vieron entrenar y me propusieron formar parte de los Espadachines, yo acepté, y por mi culpa, a ti te encontraron y casi te matan.
-¿Y Jalso? ¿Qué pinta él en todo esto?- pregunto con curiosidad
-Él es el ojito derecho de Shumo, nunca falla en sus misiones y es muy bueno con la espada, antes era un gran Espadachín, pero se acabó por pasar al otro bando.
-Que historia más conmovedora, y ahora, si no os importa, vengo a capturar a lo que me quitasteis- dice la voz tranquila de Jalso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario