miércoles, 6 de marzo de 2013

Capitulo 1


El coche acababa de pasar por otra curva peligrosa, y yo, como en todos los viajes, me estaba haciendo la dormida para que mi hermano mayor no me molestase, solo que esta vez, no era un viaje cualquiera, esta vez no íbamos a ver a la abuela ni nada por el estilo, esta vez nos mudábamos, cosa que no me gustaba ni un pelo. De repente, un frenazo del coche me impulsa ligeramente hacia delante y entonces me doy cuenta de que ya hemos llegado, nuestra nueva casa está delante mía, y parece una antigua mansión ya en ruinas, tiene varias tejas del tejado caídas, y las ventanas están resquebrajadas.
Mi madre debe notar mi cara de decepción, porque me dice:
-No te preocupes, lo importante es el aspecto por dentro, el exterior ya se arreglará.
- No es eso mamá- le contesto- lo que me pasa es que me hacía mucha ilusión ir con mis  amigas al bachiller este año, y además, me fastidia mucho que a Mark y a mí no nos hayáis pedido opinión, ni si quiera para la casa en la que vamos a vivir.
-Vosotros no tenéis ni la más mínima idea- dice mi padre de una forma tajante- además, no sabéis nada sobre el dinero que tenemos ni el que hemos gastado
-¡Pues entonces habérnoslo dicho!- grito muy enfadada- ¡es lo mínimo que tendríais que habernos dicho!
Entonces ya todo me da igual, suelto la caja que tengo entre mis manos y haciendo caso omiso del grito de mi padre, echo a correr calle arriba, allá en lo alto, hay dos senderos que cortan el camino, uno se dirige a la ciudad, Fercon y el otro se adentra en un bosque algo siniestro.
Por alguna extraña razón, escojo el sendero del bosque, me adentro con cautela, pero enseguida empiezo a andar con más seguridad, me doy cuenta, con asombro, de que a pesar de ser una chica de ciudad, el bosque no me intimida. Sigo caminando, hasta que de repente, me topo con una niña que me miraba fijamente frunciendo el ceño:
-¿Qué haces aquí?-me espeta-por si no lo sabes, esto es propiedad privada.
-Lo siento, no era mí…
-los niños de aquí no respetáis nada- me interrumpe
-Ya te he dicho que lo siento-le digo de nuevo con lágrimas en los ojos-¡No era mi intención molestarte!
Me marcho corriendo de nuevo, intento retener mis lágrimas con todas mis fuerzas, pera que al volver a casa, no se me notase que había llorado y así mi hermano no se metiese conmigo, de repente, oigo a la niña de antes gritar con todas sus fuerzas, pero ya es demasiado tarde, solo me da tiempo a ver como un chico se abalanza sobre mí, siento un dolor terrible en el hombro y me desmayo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario