miércoles, 6 de marzo de 2013

Capitulo 13


-Y eso es lo que ha pasado- concluye Jalso su relato
Al ver que nadie dice nada más, me acerco a Mark y le subo la camiseta por detrás y compruebo horrorizada como mi hermano tiene una amplia herida todavía abierta, pero que no sangra.
-Hay madre…-me preocupo
-No es nada, casi no me duele
-¿Probamos?-sisea Jalso
No tardo en echarle una mirada asesina a la que él me responde encogiéndose de brazos y mostrándome una ligera sonrisa, no se la devuelvo y me acerco más a Mark:
-¿En serio no te duele?
-Bueno… un poco, pero muy poco, un poco tirando para mucho
-Aclárate de una vez, ¿te duele o no?
-Sí, sí que me duele, pero se me pasará
-¿Seguro?
-Que sí, he tenido heridas peores
-Joder… no entiendo porque no me has dicho nada
-¿Nada de qué?
-De que eras un Espadachín… o lo que quiera que seas
-Porque no quiero que te pase nada, ni  si quiera quería que conocieses la existencia de la agencia
-Pero, ¿por qué?
-Porque si todo esto ya es demasiado para mí, para ti lo será cien veces peor, sobre todo ahora que todos ya saben de qué lado estoy y tú no creo que quieras seguir mis mismos pasos
-No, la verdad es que no
-Por eso mismo, y ahora, ¿tú qué harás?
-¿En qué sentido?
-Pues que mamá y papá ya no están, tú no quieres estar de mi lado y si estas con la agencia, tendrás que luchar contra mi
-En eso no había… espera-me interrumpo- ¿Qué has dicho de nuestros padres?
-Que ahora no está, espera, ¿no sabías nada? Shumo mandó a Jalso a que los matase
-Jalso, ¿no se lo has dicho?-le pregunto
-Bueno… la verdad es que no
-¿Decir el qué?- se interesa Antya
-Que no los ha matado, los ha encerrado en no sé qué lugar
-En un sótano-afirma Jalso
-Pues eso
-¿En serio?-se sorprende Mark
-Sí-le responde Jalso fríamente
-Bueno, la verdad es que no me apetece mucho volver a vivir con ellos, no es que no los quiera ver- añado al ver la mirada de Dina- es solo que no creo que sea buena idea, ahora que conozco todo esto de la agencia y demás puede que se me escape algo
-Si ocurre eso no creo que pase nada- susurra mi hermano
-¿Y eso?
-Porque ellos mismos pertenecen a la agencia
-¡¿QUE?!
-Lo que acabas de oír
-Pero, ¿Cómo es posible?
-Fácil, ellos antes de que yo naciese pertenecían a la agencia, me tuvieron a mí y la abandonaron durante un tiempo para no ponerme en peligro, lo que ellos no sabían es que habían sido colocados en el punto de mira de una persona: Shumo. Y él estaba dispuesto a matarme o a mí o a nuestra madre para que no se cumpliese la profecía
-¿Qué profecía?- pregunto intrigada
-¿No te han dicho nada?
-No… bueno, si, Lume dijo algo de que era la princesa de este bosque, pero no sé si creerla
-Hazlo a medias- afirma Jalso
-Mira, es la primera vez que estoy de acuerdo con él en algo- suelta Mark
-¿Cómo que a medias?- digo con la intención de que no salte la chispa entre ellos dos
-Bien, supongo que será mejor que te lo contemos todo desde el principio
-Va a ser que si
-Bueno… igual es mejor ir a la cueva, aquí no se sabe quién puede estar espiando- esta vez es Kozy quién interviene
-Bien-se muestra de acuerdo Jalso- vamos
Nos ponemos en marcha atravesando los mismos arbustos que había traspasado yo antes. Kozy va hablando con Antya, Dina con mi hermano, y atrás del todo estamos Jalso y yo, intento no acércame demasiado a él por si se vuelve a repetir lo del bosque la vez anterior, y si eso ocurriese, tengo por seguro, que Mark matará a Jalso, aunque solo me dé un beso. Él lo debe de saber también, porque no hace ningún amago de acercarse.
Como no tengo otra cosa mejor que hacer, me pongo a pensar en todo lo que me ha ocurrido para centrarme un poco. Pienso en la mudanza, en el bosque, en la torre, en Shumo, en Jalso, en los demás, en mi hermano, en Lume, en lo de anoche…
Al darme cuenta de en que pienso me sonrojo violentamente recordando el haberme tumbado sobre Jalso, el haberle quitado despacio la camiseta, en él desabrochándome los pantalones… y en lo que vino después, una oleada de pasión me había abarcado en cuestión de segundos y sentía que ya no habría nada que me hubiese podido pararme, me había lanzado a darle un beso y él me introdujo su lengua en mi boca y jugó con la mía durante un rato, hasta que siguió más, me quitó la ropa interior y…
-¿En qué piensas?- me pregunta Mark que se ha parado para esperarme
No le puedo decir en lo que lo estaba haciendo, porque aparte de que es mi hermano y me da mucha vergüenza, hay un noventa por ciento de que luego mate a Jalso y el otro diez que le de un infarto o un paro cardíaco, por lo que le respondo cautelosamente:
-En nada… en que todo esto me parece de locos, me da la sensación de que en un momento a otro me voy a despertar de un sueño en mi cama de nuestra antigua casa, que voy a llamar a mi mejor amiga Jeannette, que le voy a contar el sueño y ella se reiría y me diría como tantas otras veces que estoy loca
-¿Lo echas de menos, verdad?
-¿El qué?
-Todo, nuestra antigua casa, tus amigos y todo
-Sí-admito- tienes razón, lo echo todo terriblemente de menos
-Yo pensé que tampoco seria para tanto
-¿Por qué dices eso?
No responde, al contrario, me coge del brazo y me obliga a parar. Cuando los demás se alejan bastante de nosotros empieza a caminar, y yo con él.
-¿No nos perderemos no?
Se ríe
-No, conozco esto bastante bien, bueno, antes me habías preguntado que porque te decía lo de que pensaba que estabas bien aquí ¿no?
-Sí
-Bien, yo me refería a Jalso
Me quedo helada, y por un momento pienso que Mark se ha enterado de todo, pero mis sospechas se desvanecen cuando me pregunta:
-¿Por qué te has besado con él?
-Bueno… pues…
-Sin mentiras, Samara- me interrumpe
-Bueno… es que me gusta realmente
-¿Pero cómo te va a gustar si no lo conoces ni si quiera de hace una semana?
-No lo sé, Mark, creo que fue algo así como fugaz. Por lo menos reconoce que está bueno
-SI, la verdad es que no está mal para nada, pero él solo te quiere utilizar, ¿te ha contado lo de Lume?
-Sí, me lo ha contado
-¿Y cortarías con él no?
-Sí
-¡Bien!- se alegra
-Pero…
-O no, no, no, no, ¿y ese pero?
-He vuelto con él, ayer
-Dios, ¿Qué te hace creer que tú a él le gustas?
-¡Pues por todo lo que me dijo ayer por la noche en el techo de la cueva!
En cuanto digo eso, me quedo congelada en el sitio dándome cuenta de que me acabo de descubrir yo misma. Me alejo un poco de Mark, se que resulta estúpido, pero tengo miedo de que me pegue allí mismo
-¿Qué acabas de decir?- me pregunta con voz gélida y clavando sus ojos en los míos
-Nada…
Me coge por la muñeca y su rostro se torna de una forma que me produce terror, sus ojos ya no son los verdes que tanto me gustaban, ahora parecen negros, tiene el cejo fruncido de tal forma que me da ganas de gritar pidiendo ayuda, pero no me da tiempo, porque se me pega a mi cuerpo y me susurra:
-He dicho que qué has dicho
-Que me dijo que me quería
-¿Y qué más?- exige
-Nada
Saca su espada de la vaina, me la pone en el cuello y siento su hoja fría y afilada reposando sobre él.
-Cuéntame que más pasó- dice pausadamente
-He dicho que nada- repito con los ojos llorosos
-¡QUE ME LO CUENTES!
-¡Tuvimos sexo!- grito yo también porque la espada se ha clavado ligeramente en mi cuello
En ese momento, Mark afloja la espada de golpe y siento la sangre correr por mi cuello, me mira alejándose y susurra:
-Dime que no es verdad
-Lo siento Mark, pero es verdad- confirmo separándome de él todo lo que puedo
Se me queda mirando unos segundos que se me hacen eternos, y se separa mas de mí, sigue con la espada desenvainada, y no me doy cuenta de lo que va ha hacer hasta que hecha a correr en dirección a los demás
-¡NO!- grito desesperada
Pero es demasiado tarde, él ya está yendo hacia Jalso, por lo que no dudo en correr detrás de él. Yo siempre fui más rápida que él, y no me cuesta alcanzarlo, me tiro como una salvaje encima de él y consigo tumbarlo en el suelo, sin embargo, es mucho más fuerte que yo, y no tarda en desembarazarse de mí y seguir corriendo.
Yo entre que me levanto y todo, cuando lo alcanzo, ya está luchando con Jalso. Él que no entiende nada, solo esquiva sus golpes con una velocidad increíble, mientras que los demás lo deben de estar alucinando por las caras que tienen.
Pienso que Mark no será capaz de hacerle nada, sin embargo, me equivoco, uno de los golpes se lo dirigió a la derecha, pero cuando estaba a casi un centímetro de él, con un movimiento rápido de muñeca apunta a la izquierda, Jalso lo para casi cuando le roza la hoja, pero se tambalea, momento que mi hermano aprovecha para tirarse encima de él y derribarlo. Levanta la espada, coge aire, y la deja caer.
-¡NOOOO!- grito
Reacciono antes incluso de pensar que voy a hacer, me tiro sobre Mark, le quito la espada cuando la está dejando caer, y, sin ser consciente de lo que hago, se la clavo sobre la espalda, él abre mucho los ojos y se desploma sobre Jalso, él se aparta y lo tumba boca arriba de inmediato, todavía está vivo, su pecho sube y baja lentamente y tiene los ojos entreabiertos, coge aire muy despacio y su voz apenas es eludible cuando dice mirándome:
-Sí que estás enamorada de él, tan enamorada que has sido capaz de matar a tu propio hermano por él
-Pero no estás…- empiezo
No me da tiempo a acabar la frase, cierra lentamente los ojos y deja de respirar, lo pongo sobre mi regazo llorando, pero es demasiado tarde, su vida se escapa entre mis manos y yo soy la responsable de ello.

Capitulo 12


-Eres tonto- le digo en cuanto Samara cierra la puerta de un fuerte golpe
-Habló- comenta desdeñosamente Mark
-¿Habló quién?-pregunto ya sabiendo la respuesta
-Pues al chico que no dura ni un solo día con su novia
-Solo está enfadada
-Sí, seguro, mira Jalso, conozco muy bien a mi hermana, y si algo se sobre ella, es que aunque esté enfadada, lo que dice siempre va enserio
 -Pues ahora si no te importa, me voy a buscarla para hacer las paces
Hago un amago de ir a abrir la puerta, sin embargo, con un movimiento rápido y habilidoso, Mark desenfunda su espada y le interpone entre yo y el picaporte y me susurra con una voz melosa:
-Yo que tu no haría eso
Le imito sacando también mi espada de su vaina y me pongo en guardia murmurando:
-No quieras luchar conmigo
-Vaya que sí lo quiero, tengo unas ganas locas de acabar con tu vida
-Pues empieza, pero te advierto, intentaré matarte
-Bien, digo lo mismo
Y no me da tiempo a reaccionar, se lanza sobre mí con un grito salvaje blandiendo su espada, sin embargo no me es difícil poder parar el golpe, que aprovecho el momento en el que se tambalea sobre su pierna izquierda para asestarle una fuerte patada en su estómago que lo impulsa hacia atrás y se cae al suelo con un golpe seco.
Me acerco dispuesto a asestarle un último golpe mortal en su pecho, llego a él, echo la espada hacia atrás y justo cuando la suelto con fuerza hacia delante, otra espada se interpone entre la mía y su objetivo. Levanto la vista sorprendido y veo a Shumo entre los dos, me mira a los ojos y susurra:
-No lo mates, lo necesitamos
-Pero…
-No hay peros que valgan, sabes de sobra que tengo razón
-Vale- concedo
-Bien, y tu- dice refiriéndose a Mark- levántate y da gracias a que he llegado a tiempo
Mark se levanta de forma un poco torpe y aprecio unos cuantos golpes y heridas, posiblemente por culpa de los barrotes de la celda contra los que ha caído, y me doy cuenta de que tiene toda la camiseta por detrás cubierta de sangre, tardo un poco en darme cuenta de que ha sido que se ha caído sobre el filo de su propia espada y no puedo reprimir una sonrisa de satisfacción, Shumo no parece darse cuenta, sin embargo Mark si, y me dice despacio entre jadeos:
-No me puedes matar, ¿o se te ha olvidado?
-No, sin embargo como me sigas tocando las narices de esta forma te mataré pase lo que pase
-Pues lo que pasara es que…
Y entonces Mark pierde el conocimiento y se desploma contra el suelo, parece muerto, sin embargo su pecho sube y baja lentamente, lo que indica que todavía tiene algo de pulso.
-Jalso, ayúdame a levantarle para llevarle a su habitación
-¿Y no lo podemos dejar aquí tirado?- pregunto sarcásticamente
-Ya sabes que no me gustan tus sarcasmos
-Lo siento, no lo he podido remediar
-Vale, pero ahora déjate de comentarios y ayúdame
Lo cogemos entre los dos, yo por los brazos y él por las piernas, y mientras subimos las escaleras Shumo me pregunta:
-¿Y qué tal con Samara?
Casi dejo caer a Mark de la sorpresa por la pregunta, lo vuelvo a agarrar bien y le contesto despacio meditando sobre las palabras que estoy usando:
-¿A qué te refieres?
-Vamos Jalso, lo sabes de sobra
-No…
-Sí, sí que lo sabes, y yo también
Ya hemos llegado al pasillo cuando le respondo haciéndome el inocente:
-Pues no
-Venga ya, ¿te crees que no me iba a dar cuenta de que te has enamorado de ella de verdad?
Silencio, vale, me ha pillado, no sé que responder, y él se debe de dar cuenta, por lo que me dice:
-Supongo que en la celda no ha ido muy bien, ¿me equivoco?
-No, no lo haces, le conté todo lo que había pasado  con Lume y yo
-Ay Jalso…
-No, no me digas nada más, yo quiero ser sincero con ella
-Bien, pero si no vas a explicárselo, la perderás para siempre
-¿Qué?- le pregunto confundido
-Pues que vayas a por ella, venga, no pierdas el tiempo, ya tendrías que estar saliendo por la puerta
-¿En ser…?
-¡SI!- exclama- ¡Vete antes de que pierda la paciencia!
Una sonrisa ilumina mi rostro, y mientras echo a correr hacia la puerta le grito:
-¡Gracias! ¡Te debo una!
-¡Si consigo que te cases y asientes un poco la cabeza no me deberás nada!
Sigo corriendo mientras hecho la cabeza hacia atrás y me rio al atravesar la puerta pensando que la próxima vez que lo haga, puede ser con Samara agarrada de mi brazo.

Capitulo 11


- ¿En serio?... ¿Pero ahí no habrá nada, no?... ¿Y Shumo?... ¿Fijo?... Vale, vale, no te pongas así, ahora vamos… En la cueva… Conmigo y Jalso… Si, él también… Es una larga historia…Ahora no, luego ya te la cuento… que si pesada, ya nos vamos
Kozy cuelga el teléfono, lleva un buen rato hablando por él y paseando de un lado a otro de la cueva, tiene aspecto cansado, y cuando Jalso y yo bajamos de entre las rocas, lo encontramos con los ojos hinchados y rojos, cuando le preguntamos nos dijo que era por el sol, que al tener los ojos verdes le molestaba mucho, no le di más vueltas, y en ese instante fue cuando sonó el teléfono.
-Samara, tenemos noticias de tu hermano
-¿Qué?- pregunto saliendo de mis pensamientos
-Que los demás tienen a Mark
-¿En serio?- pregunto nerviosa
-Sí, y vamos ahora para allá, me lo acaba de decir Dina
Asiento enérgicamente con la cabeza, y salgo de la cueva seguida por los chicos, que están hablando en voz baja y solo alcanzo a comprender:
-Pero… a la vista de todos…-Por parte de Kozy
-Envi… no… gustas-Responde Jalso con voz socarrona
-Lo sé…
-¿Onces…?
-Porque… gusta… lo sabes…
-¿De qué habláis?- les interrumpo
Kozy le echa una rápida mirada a Jalso antes de contestar:
-De nada, de cómo habrán cogido a tu hermano
-Ah… vale- me conformo sabiendo que me están mintiendo
Seguimos caminando sin que ninguno diga ni una sola palabra, y en cuando entramos en el bosque Jalso se me acerca y me pasa una mano por la cintura y sigue caminando, no antes sin echar una mirada hacia atrás. Me pregunto porque, aunque enseguida me olvido de ello por culpa de unas voces que salen de entre unos árboles, me giro hacia Kozy y susurro:
-¿Son los demás con mi hermano?
-Si- me contesta en el mismo tono
-¿Y cómo vamos a hacer que nos vean o algo así?-pregunta Jalso
-Así-respondo con decisión, me acerco a los árboles sin hacer caso del ligero grito de Kozy indicándome que me detenga y los atravieso con un movimiento ligero.
Todos se giran para verme, están Dina, Antya y… Mark.
-¡Samara!-exclama al verme
No lo resisto más y me acerco corriendo para abrazarle, sin embargo, el dice tranquilo pero apremiante:
-No me toques- me suelta muy serio, aunque se debe de dar cuenta de mi mirada de incredulidad, por lo que añade rápidamente y en un tono más dulce- me refiero, que tengo algunos golpes de una pelea en la que me metí y me duelen bastante
-Ah, ¿y en que pelea?- pregunto con una sospecha que deseo que esté equivocada en ella
-En una
-¿Por qué no le dices en cual?- le suelta desafiante Jalso
-¿Te tienes que meter en todo?- le responde en el mismo tono
-Bueno, teniendo en cuenta que esto me incumbe, sí
-Aggg… no te soporto
-Yo a ti tampoco
-Tranquilizaros- intento poner orden- si os ponéis así no hacemos nada
-Vale- masculla Mark
-Bien, y ahora, ¿en qué pelea te has metido?
-En una con tu querido amado después de que tú te marchases de la torre
-Ay Dios- digo poniendo los ojos en blanco y pensando que mi sospecha está confirmada- ¿y qué pasó?
-Pues que…
-Ahora me toca a mí- le corta Jalso, y al ver que mi hermano no hace amago de contestarle continua- Bien, pues esto es lo que pasó:






Capitulo 10


El sol se pone, me gustan los atardeceres, el cielo se va cambiando de color, empieza con un ligero amarillo, luego pasa a un intenso naranja, después al rojo, mas tarde a un rosado que cambia a un morado para que finalmente el sol desaparezca por el este. Sin embargo no lo puedo apreciar bien, porque tengo los ojos hinchados y me escuecen de llorar, he perdido la noción del tiempo que llevo sobre las rocas de la cueva, posiblemente horas y horas.
Después de la afirmación escalofriante de Kozy el cuerpo se me paralizó, una oleada de sentimientos se me echó encima: miedo, impotencia, horror… No era capaz de moverme del sitio, mis ojos estaban fijos en un punto y casi no parpadeaba, Jalso se me acercó y me puso una mano en el hombro, Kozy me miró con una cara que parecía decir: ´´Yo no quería decírtelo``, y solo pude reaccionar de una manera: poniéndome en pie apartando la mano de Jalso de una sacudida y salir de la cueva temblando como un flan, no sabía a dónde, pero eso cambió cuando vi parte de las rocas sobresalir de ella, no dudé en encaramarme a ella y encontré un hueco entre todas ellas, me senté, enterré la cara entre mis rodillas y empecé a llorar con amargura.
De repente siento un ruido detrás de mí, me giro y veo a Jalso acabando de escalar, se pone en pié y me dice:
-¿Puedo estar contigo?
-Claro- le contesto sin ganas
Se me acerca y se sienta a mi lado, también mira el paisaje, le miro de reojo y me doy cuenta de que parece algo abatido, él se gira y clava sus ojos en los míos, me mira con seriedad y me susurra:
-Tenemos noticias de los otros
-¿Qué dicen?- pregunto con temor
-Que han encontrado a Mark, y que él ha reconocido que es un traidor y que se siente orgulloso de ello
-Ah…- mi voz suena muerta cuando lo digo
-Pero todavía no le han hecho nada
-Todavía…- repito
-Bueno, puede rectificar su conducta
-Tratándose de mi hermano es imposible
-Bueno, nunca se sabe…
-Si se sabe, tiene el ego muy subido y nunca cede ante nada, lo conozco bien
-Pero por eso mismo te necesitan
-¿Eh?
-Que tenían pensado que tu hablases con él, de hermano a hermano
-¿Ahora?
-No, ahora no, pero lo que piensan es que igual se ablanda un poco o cambia su opinión si se lo pide su hermana
Nos quedamos un rato en silencio, pero al final yo lo rompo diciendo una frase que apenas es un mormullo:
-Tengo miedo…
-Lo sé- me contesta Jalso mientras me pasa un brazo sobre mis hombros en modo protector
-Pero, ¿tú crees que serán capaces de matarlo? Yo no veo a Kozy como un asesino
-Él no se encarga de matar, de ello se encarga Antya, que es la Espadachina con más experiencia
-¿Y tú?- le pregunto cambiando de tema, porque siento que me voy a echar a llorar de un momento a otro
-¿Yo qué?
-Que cuanto tiempo llevas siendo un Espadachín
-Desde los siete años, cuando vi como mi madre era asesinada
-Oh Dios, lo siento- en ese momento deseé no haber sacado el tema
-No te preocupes, lo tengo superado- me contesta intentando parecer tranquilo, sin embargo se le ve algo afectado
-¿En serio?
-Sí, ya hace mucho de eso, a los dos meses descubrí que había sido Shumo, por lo qué decidí ir a matarlo yo para vengar a mi madre. Te lo puedes imaginar, a un mocoso de siete años contra él- añade con una sonrisa forzada
-¿Y qué pasó?
-Pues que no tardé en tener su espada reposando sobre mi pecho y él me ofreció estar con él aprendiendo el oficio de Espadachín, me negué rotundamente y un día caminando por el campo me encontré con un hombre manejando una espada, le pregunté si me podía enseñar y él aceptó, tras dos años lo conseguí superar, él me decía siempre que tenia facilidad para la espada, y fue entonces cuando me nombraron Espadachín oficial de La Agencia, era bueno, nunca fallaba en las misiones y no tardaron en envidiarme, por lo que otros Espadachines se juntaron todos y una noche intentaron matarme
-¿Y tú qué hiciste?
-Nada, conseguí matar a doce o así, pero eran demasiados los que quedaban, por lo que me escapé y cuál fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que había llegado a la torre de Shumo, sus centinelas me encontraron enseguida y me llevaron hasta él, donde nuevamente me ofreció trabajar para él, yo no tenía ningún sitio al que ir, y los demás me estaban buscando para matarme, por lo que acepté. Shumo me enseñó nuevas tácticas de esgrima y las que ya sabía las perfeccioné, y, bueno, un día me hizo levantarme temprano y me encomendó la tarea de…
-¿De qué?- le pregunto al ver que se calla
-De matar a la única persona que pudiera hacer que el Espadachín que pertenece a la Agencia se revelara contra él
-Yo…- mi voz apenas es un susurro cuando pronuncio esto
-Sí, tú, y el resto de la historia ya la conoces
-¿Y tu padre?
Su boca y sus hombros se tensan inmediatamente, me mira con el ceño fruncido y  susurra:
-Él me abandonó cuando mi madre fue asesinada, lo último que me dijo fue: ´´Necesito tiempo para pensar hijo, y sé que te las puedes apañar solo``
-Vaya… tiene que ser duro
-¿El qué?
-Pasar de tener una familia y al día siguiente perderla
-Sí, aunque  no fue tan duro
-¿Cómo no lo va a ser?
-¿Cuál es tu pensamiento más preocupante o del que tienes más miedo?
-¿A qué viene esa pregunta?
-Tú contesta
-Pues que va a ser, a que maten a mi hermano
-¿Y tus padres?
Me quedo helada cuando los menciona, caigo en la cuenta de que no me he preocupado por ellos desde que conocí a Jalso
-¿Todavía no has pensado en ellos, verdad?
-No- le respondo asombrada por ello
-Pues eso mismo me pasó a mí, estuve tan preocupado en sobrevivir que no podía pensar el ellos, aunque cuando más necesitas no hacerlo, lo acabas haciendo, por ese mismo motivo casi me matan los demás Espadachines, porque me recordaron a los que habían matado a mi madre
-¿Están muertos? Mis padres quiero decir
-No, están en la torre de Shumo
-¡¿Qué?!
-Los capturé antes de ir a por ti, es más, en cuanto soltaste aquella caja y echaste a correr
-¡¡¿¿Me estuviste espiando??!!
-No, a ti no, a Mark, que nos había dicho que os mudabais y pensé que sería el momento justo para matarte
-¿Y porqué capturaste a mis padres?
-Porque no sabía si eran Espadachines o no, y por si acaso
-¿Pero siguen vivos no?
-Sí, vivos completamente
-¿Y si los rescatamos?
-No
-¿Por?
-Porque Shumo cree que están muertos, le hice creer que los maté
-¿Y dónde están entonces?
-Si ya te lo dije, en la torre
-¿Y Shumo no se da cuenta?
-No, están sedados y escondidos en el trastero
-Pero eso fijo que es seguro ¿no?
-Que sí, están perfectamente, aunque no pienses en ellos ahora
-¿Y entonces en qué pienso?
-En mí- su respuesta me llega a los oídos unas decimas de segundo antes de sentir sus labios  sobre los míos, le respondo al beso y le abrazo con fuerza, cuando nos separamos jadeo, pero no me suelto de él, me sonríe y yo hago lo mismo mientras murmullo:
-Es verdad
-Sí, ya es la hora de que pensemos solo en nosotros dos- responde en el mismo tono que yo
-Será que no lo hicimos en el bosque antes- bromeo separándome ligeramente de él
-Si no hubiese estado Kozy…
-Ya… si te soy sincera no sé lo que habría pasado
-Pues yo si- responde antes de volver a besarme, me coge por la cintura y me obliga a sentarme sobre sus piernas, le agarro por la camiseta y él se recuesta sobre el suelo y me arrastra sobre él, le rodeo con mis piernas las suyas y nos seguimos besando, me quita despacio la camiseta y yo suavemente los pantalones.
Y nos perdemos en un intenso placer bajo las estrellas que están empezando a asomar sin darnos cuenta de un par de ojos que nos espían entre unos arbustos.

Capitulo 9


Llevo ya mucho tiempo caminando y no sé porqué me da que me he perdido, tengo sed y hambre, aparte de que llevo un rato con la sensación de que alguien me persigue. Desde que me marché de la sala de las jaulas no he parado de darle vueltas a lo de Jalso y Lume y también a lo de que soy una ´´princesa`` o por lo menos, eso es lo que la señorita zorrilla me ha dicho. Lloro, me dejo llevar por la rabia y entonces me pasa algo que solo me había ocurrido una o dos veces en toda mi vida, algo a lo que yo llamo… El Huracán Samara.
Me dejo llevar por la rabia y no por el sentido común, me sitúo frente a un árbol, le arranco una rama y empiezo a pegar con todas mis fuerzas al tronco, un astilla me salta a la cara y se me clava en una mejilla, y haciendo caso omiso al dolor, me la arranco de cuajo y me la inserto con fuerza en mi mano, la sangre empieza a brotar enseguida y de continuo, no para de salir de dentro de mi piel, me estoy muriendo de dolor, pero me da todo igual, absolutamente todo, no hay cosa posible para pararme, sigo golpeando fuertemente al árbol mientras no paro de sangrar, grito, me desahogo…
-¡HAAAAAAAAAAAAAAAAA!- sigo gritando. Otra astilla salta disparada y en esta ocasión me alcanza en el brazo derecho, me la vuelvo a arrancar y esta vez me la inserto en la pierna izquierda, me dispongo a seguir dándole a la rama cuando…
-¡PARA!- me grita una persona que no le puedo ver pero que su voz me resulta familiar
-¿Quién eres?
Por un momento se me pasa por la cabeza que pueda ser Jalso, y sin saber porque una inmensa alegría me inunda por dentro, sin embargo quedo decepcionada cuando aparece, en vez de Jalso, Kozy.
-¿Pero qué hacer tu aquí?- le espeto nada más verlo
-He oído un ruido y vine a ver qué pasaba
-Pues nada, yo…
-Ya lo sé, pero… ¡¿Qué demonios te ha pasado?!- me pregunta alzando la voz cuando me descubre las demás heridas
-Nada, que…
-¿Quién te las ha hecho?- me interrumpe
-Nadie, he sido yo
-¿Por qué?
-No lo sé, solo me ha pasado dos veces en toda mi vida, suele ser cuando me enfado muchísimo, me descontrolo y me hiero a mi misma
-¿Y por qué te has hecho eso?
-No sé, es que…
-Has descubierto porque Jalso no nos gustaba ¿verdad?- me vuelve a cortar
-Si…- mi voz es casi un susurro cuando le contesto
-¿Qué te pasó?
Le relato toda la historia a Kozy cuando de repente, oímos un ruido detrás de nosotros, nos giramos a la velocidad de la luz, justo en el momento en que una sombra se desliza entre los árboles, no dudo en levantarme y correr detrás de ella, Kozy grita mi nombre, pero no le hago caso, sigo corriendo, pero la silueta misteriosa va mucho más rápido que yo y la estoy empezando a perder, justo cuando estoy a punto de frenar, la sombra se para en seco y se empieza a girar. NO, no puede ser, es imposible, sin embargo…
-¡Jalso!
-Sí, y siento haberte seguido, pero tengo que…
-Ya te dije que no quiero volver a verte
-Ya lo sé, pero…
-¡Cállate!
-Pero Samara…
-Ni Samara ni hostias, que me dejes
-Vale, pero antes de irme… ¿Te puedo hacer una pregunta?
-Ya te he dicho que…
-Por favor
-De acuerdo, ¿qué quieres?
En ese momento Jalso me mira a los ojos y se me acerca un paso, una imagen fugaz pasa por mi cabeza: cuando me besé con él la primera razón, e instintivamente le cojo de las manos, el me mira más intensamente y me susurra:
-¿Puedo besarte?
-Si…- esa es la palabra que sale de mi boca como un murmullo
Jalso no se hace de rogar y, lentamente se va acercando, más, más, cada vez más cerca, inclina la cabeza hacia un lado y yo hacia el otro, me coge de la cintura y yo le rodeo el cuello con mis brazos, abre ligeramente su boca e, inesperadamente, baja sus manos hasta mi trasero, gimo ligeramente y le aprieto más con mis manos, y él junta sus labio con los míos, le correspondo al beso, y cuál es mi sorpresa cuando por el rabillo del ojo veo a Lume entre unos arbustos espiando, por lo que no dudo en abrir más la boca, y, para sorpresa de los dos, introduzco mi lengua en la boca de Jalso, él se sorprende, por lo que abre mucho los ojos y tras mirarme un segundo, hace lo mismo.
Cuando nos separamos me doy cuenta de que tengo mucho calor, a Jalso le debe de pasar lo mismo, porque tiene las mejillas bastante sonrojadas, y Lume… bueno, se acerca con los ojos como platos, se planta delante de Jalso y… ¡PLAFFFFF! Le da una bofetada en toda la cara, él se la frota y con una sonrisa en la cara le suelta muy tranquilo:
-¿Ves cómo de decía la verdad?
-¡¡¡Eres un idiota!!!
-Ya lo sé, pero ya te dije que te olvidases de mí, que a quien quiero es a Samara
-¿Lo dices en serio?-le pregunto lentamente y en voz baja
-Sí, ya te lo dije y te lo vuelvo a repetir, te quiero Samara, a ti y a nadie más
Sonrío por no llorar de emoción, sin embargo, no puedo evitar que una lágrima se me derrame, Jalso me mira y, con delicadeza me la seca, yo le miro a su vez y le vuelvo a besar, pero esta vez es un beso rápido, como agradecimiento, el me devuelve el beso, y, mientras, totalmente humillada, Lume se aleja, nos grita:
-¡No os atragantéis!
Los dos nos reímos y le respondemos un ´´Tranquila, sabemos primeros auxilios``, nos miramos y nos reímos más todavía, me abrazo a él con fuerza y entonces es cuando caigo en la cuenta:
-¡Tenemos que buscar a Kozy!
-¡Es verdad!
Volvemos a donde estaba yo antes, pero no nos hace falta llegar hasta allí, porque nos encontramos a Kozy primero, que al vernos cogidos de la mano y juntos non pregunta con cara de asombro:
-¿Pero que me he perdido?
Nos reímos una vez más y le explicamos lo sucedido, nos mira con cara rara cuando acabamos y nos salta:       
-Estáis locos
Nos volvemos a reír, pero esta vez, Kozy se une a nosotros. Cuando acabamos de reírnos y nuestra respiración vuelve a la normalidad, Jalso pregunta:
-¿Y ahora a donde vamos?
-Podemos ir a la cueva- le responde Kozy
-¡Buena idea!- comento
Nos ponemos en marcha, caminando por el bosque, tengo un extraña sensación, pero me gusta, me tranquiliza andar entre los árboles, y de repente, me acuerdo de cuando me adentré en el bosque por primera vez, lo bien y segura que me había encontrado, me doy cuenta de que me estoy quedando atrás y corro ligeramente para alcanzar a Jalso, que está por detrás de Kozy, él se gira cuando llego, me sonríe e inmediatamente me coge la mano con delicadeza, entrelazando sus dedos con los míos, yo le correspondo apretando su mano ligeramente y acercándome más a él, me pasa la mano por encima de los hombros y coge de la cintura, en ese instante, una oleada de pasión me inunda por dentro, le quito rápidamente la mano de mis hombros y me giro para besarlo, él no se lo espera, por lo que se queda un poco sorprendido, sin embargo no tarda en responder a mi beso con mayor intensidad que yo, me pego a él y le empiezo a levantar la camiseta y sus manos llegan hasta los botones de mi pantalón, me estremezco entera y mi lengua entra en la boca de Jalso, se le nota excitado, él me imita, me está a punto de acabar de desabrocharme los pantalones y…
-Ejem- suena la voz de Kozy
Inmediatamente nos separamos y no colocamos bien la ropa, azorados por lo que Kozy ha visto y yo un poco asustada por lo que acaba de pasar, de repente una pregunta agita mi mente: ´´ ¿Qué hubiese pasado si no llega a estar Kozy? ¿Lo hubiésemos hecho allí mismo?``  Miro a los dos con nerviosismo y pregunto:
-Bueno, ¿y la cueva?
-Detrás de estos arbustos-me contesta Kozy sin mirarme a los ojos
Seguimos caminando, pero esta vez voy al lado de Kozy, pasamos los arbustos y se ve la cueva, me adelanto y entro, pero está desierta, me giro hacia los dos chicos, pero ellos también deben de estar sorprendidos, porque se les ve buscando con la mirada a los demás, sin embargo, en una fracción de segundo, Kozy levanta las cejas y sonríe ligeramente como si supiese donde estaban, por lo que le pregunto, curiosa:
-No lo sé-me responde, sigue sin mirarme a los ojos, por lo que no puedo evitar decirle:
-Estas mintiendo-Jalso me advierte con la mirada que no siga, pero no le hago caso-si no lo hicieses me mirarías a los ojos, y sé que algo pasa, no soy idiota, primero Shumo, luego Lume, después mi hermano, que se comportó de una forma muy extraña y me sorprendió que en la torre no lo capturasen, porque…-entonces me doy cuenta, se me quiebra la voz y no puedo continuar
-Samara, no te lo dijimos porque no vimos el momento adecuado-me susurra Kozy
-Entonces es verdad…
-Si-afirma Jalso-tu hermano es un traidor
Los miro a los ojos esperanzada de que en cualquier momento se echen a reír, me digan que es una broma y Mark salga de algún sitio y me abrace, pero no ocurre, siento un gran peso encima, de repente mis piernas me fallan y me encuentro de rodillas en el suelo con la cabeza enterrada entre mis manos, se me contraen los hombros y lloro en silencio mientras uno de los dos, no sé quien ni me molesto en averiguarlo me rodea con sus brazos y me abraza fuerte, apoyo mi cabeza en su hombro y sigo llorando amargamente, y entre sollozos y sollozos consigo preguntar:
-¿Y… y, enton… entonces los de… de… demás?
-Han ido a capturarle- me susurra Kozy, que resulta ser quien me tiene abrazado, se separa de mí y me mira a los ojos- pero no le harán daño, lo traerán hasta aquí e intentaremos hablar con él
Me tomo un tiempo para dejar de llorar, respiro profundamente una o dos veces y ya algo más calmada pregunto:
-¿Y si no entra en razón?
-Pues… nada, lo dejaremos marchar
-Dile la verdad- comenta Jalso fríamente
-¿En serio hace falta?
-Se lo merece, ya que le contamos parte de la verdad, no te calles el resto
-Dímelo Kozy- le suplico
-¿En serio quieres saberlo?
-Si
-Bien, pues si no entra en razón, le mataremos

Capitulo 8


Me duele la cabeza, me intento incorporar, pero mis piernas y brazos no responden, por lo que me dispongo a abrir los ojos cuando me doy cuenta de que alguien me puede estar mirando, por lo que solo los entreabro un poco, lo justo para ver lo que tengo a mi alrededor, que resulta ser Jalso mirándome con preocupación, intento que no se entere que me he despertado, porque casi no me puedo mover y no quiero que me vea tan débil como estoy, por lo que cierro los ojos del todo con rapidez. Pasa un rato, y los abro muy despacio, y veo que Jalso ahora no me está mirando, pero en cuanto los abro del todo se gira y me sonríe, vale, muy listo, me ha pillado, yo también le sonrío y le pregunto a su vez:
-¿Dónde estamos?
-Míralo tú misma, es difícil de decir
Me intento incorporar, pero me cuesta bastante, por lo que él me ayuda, y en ese instante desearía que no lo hubiera hecho: tengo ante mí un panorama horrible, para empezar, estoy, bueno, estamos en una jaula, y alrededor hay gente o muerta o a punto de morirse, esto me recuerda a la jaula en la que estaba antes de que conociese a Kozy y a Dina, y así se lo manifiesto.
-Sí, es ese mismo sitio, pero en este caso, son las jaulas del fondo del todo, donde dejan a la gente que se muera por ahí- me contesta muy serio
-Y… ¿Qué pasó desde que me desmayé?
-Pues… no mucho, todos vinieron a por nosotros y te capturaron a ti, y yo te fui a ayudar cuando a mí también me cogieron.
´´Que mono``-pienso, pero enseguida me acuerdo de todo lo que Lume dijo, y mi corazón se rompe en mil añicos, no sé porque la creo, pero algo me dice que lo haga, ¿y ahora? ¿Que se supone que tengo que hacer?
-¿Por qué te has puesto tan seria?- me pregunta sobresaltándome
-¿Qué? A eso… es que… nada, nada, cosas mías
-¿Es por lo de Lume, verdad?
-Bueno, yo…
-Mira, te voy a contar la verdad, y si te enfadas, lo entenderé, porque si a mí me lo hacen me pasaría
Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando Jalso pronuncia esas palabras, no sé si quiero o estoy preparada para conocer la verdad, pero me vuelvo valiente y me dispongo a escuchar lo que me tiene que contar, no antes sin mirarle a los ojos tímidamente.
-Vale, antes de conocer a Lume, yo era un soltero, no me interesaba tener novia y ni si quiera había sentido amor verdadero por alguien, nunca me había gustado una chica y nunca le había pedido salir a una, pero ellas a mi si, muchas chicas, de una forma u otra me pedían salir con ellas, yo les decía a todas una por una que no, pero entonces llegó Lume, que como muchas otras, me pidió salir, yo le dije que no, pero ella no hizo como las demás que se marchaban a casa llorando, ella me miró desafiante a los ojos, y, sin que yo lo contara, se inclinó hacia mí y me besó, no fue muy largo, cuatro o cinco segundos, pero los suficientes para que yo decidiese hacer una cosa con ella: jugar con ella, fingir que la quería un día, y al otro pasar de ella. La veía sufrir, y cuanto peor lo pasaba ella más me divertía yo, llegué al punto de que llorase todos los días por mí hasta que un día me dejó, sus palabras textuales fueron: No merece la pena sufrir por un cabrón como tú, y entonces fue cuando me di cuenta, que me había enamorado de verdad de esa chica, no podía parar de pensar en ella, y esta vez, ella era la que jugaba conmigo, lo pasé muy mal, hasta que pasó aquello…
El silencio reina en toda la sala menos por los gemidos de dolor de algunas personas, yo no sé qué hacer, si decirle que siga o no, si besarle por ser tan sincero, o darle una bofetada, pero todavía no me he enfadado mucho, por lo que supongo que lo que viene ahora será mucho peor, por lo que me armo de valor y le pregunto:
-¿Y qué pasó?
-¿En serio quieres que siga?
Dudo un poco antes de contestarle, pero finalmente lo hago:
-Si
-Bien, pues… Lume siguió jugando conmigo hasta que una de las veces que me besó fue distinta, no fue un beso normal, fue un muy intenso, como si me quisiese decir algo, es decir, que ella también se había enamorado de mí de verdad. Empezamos a salir como novios oficialmente y entonces Shumo me encargó que acabase contigo, y para ello a mí se me ocurrió un gran plan: Que creyeses que estaba enamorado de ti, pero cuando te cogieron sentí que me había enamorado de ti de verdad y por esa misma razón te pido que…
-Para, ya he oído suficiente- le corto con lagrimas en los ojos
-Pero Samara, deja que me…
-No, deja que yo te diga esto: No quiero que me vuelvas a hablar en toda tu vida, ¿vale?
-Pero…
-No hay peros que valgan, no me vuelvas a dirigir la palabra, y, ahora, si no te importa, deja de mentir respecto a lo de que estamos capturados y abre la puerta
Jalso se levanta y se acerca a la entrada de la celda, agarra dos barrotes con fuerza y tira de ellos. La puerta se abre silenciosamente y me deja pasar, salgo con cara de pocos amigos y empiezo a caminar por el pasillo que hay entre las celdas que están a ambos lados de él y con paso seguro, me dirijo a la otra puerta que hay para salir de este lugar de pesadilla, pero justo cuando voy a abrirla, alguien se me adelanta. Me espero a Shumo, sin embargo, y para mi mayor sorpresa, me encuentro a Mark, mi alegría es inmensa, y no dudo en contarle lo ocurrido:
-¡Mark! Tenias razón, te tenía que haber hecho caso, Jalso no estaba enamorado de mi, era un patraña para matarme y…
-Tranquila, Samara, tranquilízate-me consuela- tienes razón, me tendrías que haber hecho caso, y ahora mismo nos vamos a ir los dos junto con Kozy, que te tiene que decir algo y yo te voy a acompañar por si acaso
-Vale- le concedo- pero… ¿y los demás?
-Con él
-Entonces, ¿por qué me dijiste solo con Kozy?
-Y yo que sé- me contesta de malas maneras
-Bueno, no hace falta que te pongas así
-¡Pues vámonos!- me grita con el ceño fruncido
-¿Pero a ti que te pasa?- le suelto
-A mi no, a ti
-¿A mí?, no creo
-Pues  que te den, pero ahora te vienes conmigo
-¿Se puede saber qué coño te pasa?
-Nada
-¿Cómo que no? ¿Tienes algún problema?
-Sí, el problema eres tú
-¿Pero qué te pasa, tu eres tonto o qué?
-¿Quieres dejar de preguntarme lo mismo una y otra vez? Vámonos antes de que…
-¿Qué pasa?- interrumpe Jalso que acaba de salir de entre las sombras
-Mierda…- susurra Mark- nada, que voy a llevar a Samara con Kozy, y tú ya te puedes ir perdiendo
-No voy a dejar que la lleves
-No solo no quiero que no me hables más, también que no te metas en mi vida- le digo tranquilamente pero a la vez desafiante
-Samara, es por tu bien, igual te interesa saber que tu hermano… 
-Déjala idiota, se va a venir conmigo- le interrumpe Mark
-No-le respondo
-¿Cómo que no?
-Pues no, estoy hasta las narices que penséis lo que es mejor para mi, y por eso me voy a ir yo sola a buscar a Kozy
-Pero… ¿tú sabes donde esta?-me pregunta mi hermano
-Como si fuese tonta, está en la cueva del bosque
-¿Y cómo es que lo sabes?
-Me lo acabas de decir ahora
-¿Qué, era una afirmación trampa?
-Ahí le has dado, y, ahora, si no os importa, me voy
Y dicho esto, salgo por la puerta muy tranquila, no antes sin echar una última mirada a Jalso y preguntarme si mi decisión con él no habría sido muy precipitada.

Capitulo 7


´´No puede ser, no puede ser`` me repito para mí misma al ver el panorama que tengo delante de mí: Está Shumo, pero eso no es lo que más me preocupa, porque detrás de él se despliega un grupo de seis o siete personas con sus respectivas espadas desenvainadas y preparados para lanzarse a por alguien en cualquier momento. En ese momento llegan los demás corriendo, seguramente por mi grito de antes y al ver lo mismo que yo sus caras se quedan desencajadas, bueno, todas no, la de Jalso sigue tan serena como siempre, sin embargo, su semblante se torna de sorpresa al ver a una joven muchacha que acaba de salir de la casa y le saluda con la mano mientras mantiene una sonrisa algo malvada y me mira desafiante. Es bastante atractiva, con una larga y rubia melena, unos ojos marrones, de estatura media, además, sus pantalones pitillo y su camiseta ajustada la hacen más irresistible aún, sonríe y me quedo asombrada, tiene una sonrisa increíble, aunque se le borra de la cara cuando Shumo le dice señalándome:
-Esa es Samara
-¿En serio? Me la imaginaba de otra forma, aunque eso me beneficia, acabaré con ella más fácilmente
-¿Pues a qué esperas?-le suelta Jalso
-¿Qué?-pregunto asombradísima
-Sígueme la corriente-me susurra-pues eso, que la mates si quieres- vuelve a afirmar
-¿Pero no te fugaste para protegerla?-pregunta Shumo sorprendido
-Veo que tanto tiempo contigo y todavía no me conoces bien, no, no la fui a proteger literalmente, quería que se lo tragasen todos para llevarlos a una trampa segura, aunque te me has adelantado
-Perfecto-asiente Shumo-como sigas así me acabarás quitando el puesto de no ser por una cosa
-¿Cuál?
-Que no sabes mentir-responde por Shumo la señoritinga perfecta
-Exacto-corrobora él
Se me abren mucho los ojos por la contestación sin querer, nadie lo nota excepto la chica atractiva, que me suelta de muy malos modos:
-Si esto te sorprende espera a saber lo que te oculta tu amado
-¿Qué?- ahora mi sorpresa es mayor aún
-Pues eso, que te lo cuente, ya verás cómo lo vas a odiar desde ese momento
-No me pienso meter en su vida, ni enfadarme con él por algo del pasado
-¿En serio? ¿Cuánto te has creído de lo que te ha dicho?
-Pues todo
-¿Incluso lo de que está enamorado de ti?
-Basta Lume- le corta Jalso de una forma que no admite réplica, aunque ella no se ha debido de dar cuenta, porque enseguida le responde con el ceño fruncido:
-Yo que pensé que tu actual novia tendría que saber…
-Cállate- le espeta ahora enfadado pero a la vez preocupado
-… que somos novios- acaba la frase Lume
¿Qué? ¿He oído bien? ¿La idiota de Lume acaba de decir que ella y Jalso son novios? No tardo en encontrar la respuesta, que sale de mi boca y hiere a Lume como un cuchillo:
-Ya quisieras tú, zorra asquerosa
A ella le sale un ligero gemido y su cara muestra dolor, pero enseguida se recompone y tras un grito de rabia e impotencia se me acerca con paso firme y me dice, bueno, más que decir me grita mientas gesticula mucho con las manos:
-¿Os creéis que todas las que son como tu podéis hacer lo que os dé la gana? Sois todas iguales: unas princesas que solo se ponen vestidos bonitos, te crees importante y que eres superior, pero apuesto a que no eres capaz de aguantar un solo día en el bosque tu sola, porque seas de la realeza eso no te da derecho a tratar a la gente como te dé la gana, a todas os ven como niñas buenas e inocentes, ¿y nosotros? A nosotros nos ven como gente fría y despiadada solo por tener una forma de pensar distinta a la vuestra, o por hacer cosas que a vosotras no os gustan o parecen bien, como por ejemplo ser nosotros mismos, vosotras no tenéis personalidad, y más que unas princesas parecéis actrices.
-¿Qué?
-Pues lo que has oído
-Pero… ¿Cómo de la realeza?
-¿No te lo han dicho tampoco?- Ahora es Shumo el que mete baza en la conversación
-¿Decirme el qué?
-Pues que eres la princesa de este bosque, por eso matamos a tus padres
La verdad cae sobre mí como un chorro de agua fría, me quedo helada, pasan lo segundos, minutos… y yo no reacciono, ni me muevo, ni pestañeo ni nada, únicamente los recuerdos florecen en mi interior a una velocidad vertiginosa, desde que me anunciaron que nos mudábamos hasta la última vez que los vi, en la que no había pensado que podría haber sido la última. Me mareo, se me nubla la vista, posiblemente por las lagrimas que están a punto de salir de mis ojos y solo me da tiempo a ver a Lume sonriendo maliciosamente antes de desmayarme por segunda vez en el día.