-Y eso es lo
que ha pasado- concluye Jalso su relato
Al ver que
nadie dice nada más, me acerco a Mark y le subo la camiseta por detrás y
compruebo horrorizada como mi hermano tiene una amplia herida todavía abierta,
pero que no sangra.
-Hay
madre…-me preocupo
-No es nada,
casi no me duele
-¿Probamos?-sisea
Jalso
No tardo en
echarle una mirada asesina a la que él me responde encogiéndose de brazos y
mostrándome una ligera sonrisa, no se la devuelvo y me acerco más a Mark:
-¿En serio
no te duele?
-Bueno… un
poco, pero muy poco, un poco tirando para mucho
-Aclárate de
una vez, ¿te duele o no?
-Sí, sí que
me duele, pero se me pasará
-¿Seguro?
-Que sí, he
tenido heridas peores
-Joder… no
entiendo porque no me has dicho nada
-¿Nada de
qué?
-De que eras
un Espadachín… o lo que quiera que seas
-Porque no
quiero que te pase nada, ni si quiera
quería que conocieses la existencia de la agencia
-Pero, ¿por
qué?
-Porque si
todo esto ya es demasiado para mí, para ti lo será cien veces peor, sobre todo
ahora que todos ya saben de qué lado estoy y tú no creo que quieras seguir mis
mismos pasos
-No, la
verdad es que no
-Por eso
mismo, y ahora, ¿tú qué harás?
-¿En qué
sentido?
-Pues que
mamá y papá ya no están, tú no quieres estar de mi lado y si estas con la
agencia, tendrás que luchar contra mi
-En eso no
había… espera-me interrumpo- ¿Qué has dicho de nuestros padres?
-Que ahora
no está, espera, ¿no sabías nada? Shumo mandó a Jalso a que los matase
-Jalso, ¿no
se lo has dicho?-le pregunto
-Bueno… la
verdad es que no
-¿Decir el
qué?- se interesa Antya
-Que no los
ha matado, los ha encerrado en no sé qué lugar
-En un
sótano-afirma Jalso
-Pues eso
-¿En serio?-se
sorprende Mark
-Sí-le
responde Jalso fríamente
-Bueno, la
verdad es que no me apetece mucho volver a vivir con ellos, no es que no los
quiera ver- añado al ver la mirada de Dina- es solo que no creo que sea buena
idea, ahora que conozco todo esto de la agencia y demás puede que se me escape
algo
-Si ocurre
eso no creo que pase nada- susurra mi hermano
-¿Y eso?
-Porque
ellos mismos pertenecen a la agencia
-¡¿QUE?!
-Lo que
acabas de oír
-Pero, ¿Cómo
es posible?
-Fácil,
ellos antes de que yo naciese pertenecían a la agencia, me tuvieron a mí y la
abandonaron durante un tiempo para no ponerme en peligro, lo que ellos no
sabían es que habían sido colocados en el punto de mira de una persona: Shumo.
Y él estaba dispuesto a matarme o a mí o a nuestra madre para que no se
cumpliese la profecía
-¿Qué
profecía?- pregunto intrigada
-¿No te han
dicho nada?
-No… bueno,
si, Lume dijo algo de que era la princesa de este bosque, pero no sé si creerla
-Hazlo a
medias- afirma Jalso
-Mira, es la
primera vez que estoy de acuerdo con él en algo- suelta Mark
-¿Cómo que a
medias?- digo con la intención de que no salte la chispa entre ellos dos
-Bien,
supongo que será mejor que te lo contemos todo desde el principio
-Va a ser
que si
-Bueno…
igual es mejor ir a la cueva, aquí no se sabe quién puede estar espiando- esta
vez es Kozy quién interviene
-Bien-se
muestra de acuerdo Jalso- vamos
Nos ponemos
en marcha atravesando los mismos arbustos que había traspasado yo antes. Kozy
va hablando con Antya, Dina con mi hermano, y atrás del todo estamos Jalso y
yo, intento no acércame demasiado a él por si se vuelve a repetir lo del bosque
la vez anterior, y si eso ocurriese, tengo por seguro, que Mark matará a Jalso,
aunque solo me dé un beso. Él lo debe de saber también, porque no hace ningún
amago de acercarse.
Como no
tengo otra cosa mejor que hacer, me pongo a pensar en todo lo que me ha
ocurrido para centrarme un poco. Pienso en la mudanza, en el bosque, en la
torre, en Shumo, en Jalso, en los demás, en mi hermano, en Lume, en lo de
anoche…
Al darme
cuenta de en que pienso me sonrojo violentamente recordando el haberme tumbado
sobre Jalso, el haberle quitado despacio la camiseta, en él desabrochándome los
pantalones… y en lo que vino después, una oleada de pasión me había abarcado en
cuestión de segundos y sentía que ya no habría nada que me hubiese podido
pararme, me había lanzado a darle un beso y él me introdujo su lengua en mi
boca y jugó con la mía durante un rato, hasta que siguió más, me quitó la ropa
interior y…
-¿En qué
piensas?- me pregunta Mark que se ha parado para esperarme
No le puedo
decir en lo que lo estaba haciendo, porque aparte de que es mi hermano y me da
mucha vergüenza, hay un noventa por ciento de que luego mate a Jalso y el otro
diez que le de un infarto o un paro cardíaco, por lo que le respondo
cautelosamente:
-En nada… en
que todo esto me parece de locos, me da la sensación de que en un momento a
otro me voy a despertar de un sueño en mi cama de nuestra antigua casa, que voy
a llamar a mi mejor amiga Jeannette, que le voy a contar el sueño y ella se
reiría y me diría como tantas otras veces que estoy loca
-¿Lo echas
de menos, verdad?
-¿El qué?
-Todo,
nuestra antigua casa, tus amigos y todo
-Sí-admito-
tienes razón, lo echo todo terriblemente de menos
-Yo pensé
que tampoco seria para tanto
-¿Por qué
dices eso?
No responde,
al contrario, me coge del brazo y me obliga a parar. Cuando los demás se alejan
bastante de nosotros empieza a caminar, y yo con él.
-¿No nos
perderemos no?
Se ríe
-No, conozco
esto bastante bien, bueno, antes me habías preguntado que porque te decía lo de
que pensaba que estabas bien aquí ¿no?
-Sí
-Bien, yo me
refería a Jalso
Me quedo
helada, y por un momento pienso que Mark se ha enterado de todo, pero mis
sospechas se desvanecen cuando me pregunta:
-¿Por qué te
has besado con él?
-Bueno…
pues…
-Sin
mentiras, Samara- me interrumpe
-Bueno… es
que me gusta realmente
-¿Pero cómo
te va a gustar si no lo conoces ni si quiera de hace una semana?
-No lo sé,
Mark, creo que fue algo así como fugaz. Por lo menos reconoce que está bueno
-SI, la
verdad es que no está mal para nada, pero él solo te quiere utilizar, ¿te ha
contado lo de Lume?
-Sí, me lo
ha contado
-¿Y
cortarías con él no?
-Sí
-¡Bien!- se
alegra
-Pero…
-O no, no,
no, no, ¿y ese pero?
-He vuelto
con él, ayer
-Dios, ¿Qué
te hace creer que tú a él le gustas?
-¡Pues por
todo lo que me dijo ayer por la noche en el techo de la cueva!
En cuanto
digo eso, me quedo congelada en el sitio dándome cuenta de que me acabo de
descubrir yo misma. Me alejo un poco de Mark, se que resulta estúpido, pero
tengo miedo de que me pegue allí mismo
-¿Qué acabas
de decir?- me pregunta con voz gélida y clavando sus ojos en los míos
-Nada…
Me coge por
la muñeca y su rostro se torna de una forma que me produce terror, sus ojos ya
no son los verdes que tanto me gustaban, ahora parecen negros, tiene el cejo
fruncido de tal forma que me da ganas de gritar pidiendo ayuda, pero no me da
tiempo, porque se me pega a mi cuerpo y me susurra:
-He dicho
que qué has dicho
-Que me dijo
que me quería
-¿Y qué
más?- exige
-Nada
Saca su
espada de la vaina, me la pone en el cuello y siento su hoja fría y afilada
reposando sobre él.
-Cuéntame
que más pasó- dice pausadamente
-He dicho
que nada- repito con los ojos llorosos
-¡QUE ME LO CUENTES!
-¡Tuvimos
sexo!- grito yo también porque la espada se ha clavado ligeramente en mi cuello
En ese
momento, Mark afloja la espada de golpe y siento la sangre correr por mi
cuello, me mira alejándose y susurra:
-Dime que no
es verdad
-Lo siento
Mark, pero es verdad- confirmo separándome de él todo lo que puedo
Se me queda
mirando unos segundos que se me hacen eternos, y se separa mas de mí, sigue con
la espada desenvainada, y no me doy cuenta de lo que va ha hacer hasta que
hecha a correr en dirección a los demás
-¡NO!- grito
desesperada
Pero es
demasiado tarde, él ya está yendo hacia Jalso, por lo que no dudo en correr
detrás de él. Yo siempre fui más rápida que él, y no me cuesta alcanzarlo, me
tiro como una salvaje encima de él y consigo tumbarlo en el suelo, sin embargo,
es mucho más fuerte que yo, y no tarda en desembarazarse de mí y seguir
corriendo.
Yo entre que
me levanto y todo, cuando lo alcanzo, ya está luchando con Jalso. Él que no
entiende nada, solo esquiva sus golpes con una velocidad increíble, mientras
que los demás lo deben de estar alucinando por las caras que tienen.
Pienso que
Mark no será capaz de hacerle nada, sin embargo, me equivoco, uno de los golpes
se lo dirigió a la derecha, pero cuando estaba a casi un centímetro de él, con un
movimiento rápido de muñeca apunta a la izquierda, Jalso lo para casi cuando le
roza la hoja, pero se tambalea, momento que mi hermano aprovecha para tirarse
encima de él y derribarlo. Levanta la espada, coge aire, y la deja caer.
-¡NOOOO!-
grito
Reacciono
antes incluso de pensar que voy a hacer, me tiro sobre Mark, le quito la espada
cuando la está dejando caer, y, sin ser consciente de lo que hago, se la clavo
sobre la espalda, él abre mucho los ojos y se desploma sobre Jalso, él se
aparta y lo tumba boca arriba de inmediato, todavía está vivo, su pecho sube y
baja lentamente y tiene los ojos entreabiertos, coge aire muy despacio y su voz
apenas es eludible cuando dice mirándome:
-Sí que
estás enamorada de él, tan enamorada que has sido capaz de matar a tu propio
hermano por él
-Pero no
estás…- empiezo
No me da
tiempo a acabar la frase, cierra lentamente los ojos y deja de respirar, lo
pongo sobre mi regazo llorando, pero es demasiado tarde, su vida se escapa
entre mis manos y yo soy la responsable de ello.