miércoles, 6 de marzo de 2013

Capitulo 10


El sol se pone, me gustan los atardeceres, el cielo se va cambiando de color, empieza con un ligero amarillo, luego pasa a un intenso naranja, después al rojo, mas tarde a un rosado que cambia a un morado para que finalmente el sol desaparezca por el este. Sin embargo no lo puedo apreciar bien, porque tengo los ojos hinchados y me escuecen de llorar, he perdido la noción del tiempo que llevo sobre las rocas de la cueva, posiblemente horas y horas.
Después de la afirmación escalofriante de Kozy el cuerpo se me paralizó, una oleada de sentimientos se me echó encima: miedo, impotencia, horror… No era capaz de moverme del sitio, mis ojos estaban fijos en un punto y casi no parpadeaba, Jalso se me acercó y me puso una mano en el hombro, Kozy me miró con una cara que parecía decir: ´´Yo no quería decírtelo``, y solo pude reaccionar de una manera: poniéndome en pie apartando la mano de Jalso de una sacudida y salir de la cueva temblando como un flan, no sabía a dónde, pero eso cambió cuando vi parte de las rocas sobresalir de ella, no dudé en encaramarme a ella y encontré un hueco entre todas ellas, me senté, enterré la cara entre mis rodillas y empecé a llorar con amargura.
De repente siento un ruido detrás de mí, me giro y veo a Jalso acabando de escalar, se pone en pié y me dice:
-¿Puedo estar contigo?
-Claro- le contesto sin ganas
Se me acerca y se sienta a mi lado, también mira el paisaje, le miro de reojo y me doy cuenta de que parece algo abatido, él se gira y clava sus ojos en los míos, me mira con seriedad y me susurra:
-Tenemos noticias de los otros
-¿Qué dicen?- pregunto con temor
-Que han encontrado a Mark, y que él ha reconocido que es un traidor y que se siente orgulloso de ello
-Ah…- mi voz suena muerta cuando lo digo
-Pero todavía no le han hecho nada
-Todavía…- repito
-Bueno, puede rectificar su conducta
-Tratándose de mi hermano es imposible
-Bueno, nunca se sabe…
-Si se sabe, tiene el ego muy subido y nunca cede ante nada, lo conozco bien
-Pero por eso mismo te necesitan
-¿Eh?
-Que tenían pensado que tu hablases con él, de hermano a hermano
-¿Ahora?
-No, ahora no, pero lo que piensan es que igual se ablanda un poco o cambia su opinión si se lo pide su hermana
Nos quedamos un rato en silencio, pero al final yo lo rompo diciendo una frase que apenas es un mormullo:
-Tengo miedo…
-Lo sé- me contesta Jalso mientras me pasa un brazo sobre mis hombros en modo protector
-Pero, ¿tú crees que serán capaces de matarlo? Yo no veo a Kozy como un asesino
-Él no se encarga de matar, de ello se encarga Antya, que es la Espadachina con más experiencia
-¿Y tú?- le pregunto cambiando de tema, porque siento que me voy a echar a llorar de un momento a otro
-¿Yo qué?
-Que cuanto tiempo llevas siendo un Espadachín
-Desde los siete años, cuando vi como mi madre era asesinada
-Oh Dios, lo siento- en ese momento deseé no haber sacado el tema
-No te preocupes, lo tengo superado- me contesta intentando parecer tranquilo, sin embargo se le ve algo afectado
-¿En serio?
-Sí, ya hace mucho de eso, a los dos meses descubrí que había sido Shumo, por lo qué decidí ir a matarlo yo para vengar a mi madre. Te lo puedes imaginar, a un mocoso de siete años contra él- añade con una sonrisa forzada
-¿Y qué pasó?
-Pues que no tardé en tener su espada reposando sobre mi pecho y él me ofreció estar con él aprendiendo el oficio de Espadachín, me negué rotundamente y un día caminando por el campo me encontré con un hombre manejando una espada, le pregunté si me podía enseñar y él aceptó, tras dos años lo conseguí superar, él me decía siempre que tenia facilidad para la espada, y fue entonces cuando me nombraron Espadachín oficial de La Agencia, era bueno, nunca fallaba en las misiones y no tardaron en envidiarme, por lo que otros Espadachines se juntaron todos y una noche intentaron matarme
-¿Y tú qué hiciste?
-Nada, conseguí matar a doce o así, pero eran demasiados los que quedaban, por lo que me escapé y cuál fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que había llegado a la torre de Shumo, sus centinelas me encontraron enseguida y me llevaron hasta él, donde nuevamente me ofreció trabajar para él, yo no tenía ningún sitio al que ir, y los demás me estaban buscando para matarme, por lo que acepté. Shumo me enseñó nuevas tácticas de esgrima y las que ya sabía las perfeccioné, y, bueno, un día me hizo levantarme temprano y me encomendó la tarea de…
-¿De qué?- le pregunto al ver que se calla
-De matar a la única persona que pudiera hacer que el Espadachín que pertenece a la Agencia se revelara contra él
-Yo…- mi voz apenas es un susurro cuando pronuncio esto
-Sí, tú, y el resto de la historia ya la conoces
-¿Y tu padre?
Su boca y sus hombros se tensan inmediatamente, me mira con el ceño fruncido y  susurra:
-Él me abandonó cuando mi madre fue asesinada, lo último que me dijo fue: ´´Necesito tiempo para pensar hijo, y sé que te las puedes apañar solo``
-Vaya… tiene que ser duro
-¿El qué?
-Pasar de tener una familia y al día siguiente perderla
-Sí, aunque  no fue tan duro
-¿Cómo no lo va a ser?
-¿Cuál es tu pensamiento más preocupante o del que tienes más miedo?
-¿A qué viene esa pregunta?
-Tú contesta
-Pues que va a ser, a que maten a mi hermano
-¿Y tus padres?
Me quedo helada cuando los menciona, caigo en la cuenta de que no me he preocupado por ellos desde que conocí a Jalso
-¿Todavía no has pensado en ellos, verdad?
-No- le respondo asombrada por ello
-Pues eso mismo me pasó a mí, estuve tan preocupado en sobrevivir que no podía pensar el ellos, aunque cuando más necesitas no hacerlo, lo acabas haciendo, por ese mismo motivo casi me matan los demás Espadachines, porque me recordaron a los que habían matado a mi madre
-¿Están muertos? Mis padres quiero decir
-No, están en la torre de Shumo
-¡¿Qué?!
-Los capturé antes de ir a por ti, es más, en cuanto soltaste aquella caja y echaste a correr
-¡¡¿¿Me estuviste espiando??!!
-No, a ti no, a Mark, que nos había dicho que os mudabais y pensé que sería el momento justo para matarte
-¿Y porqué capturaste a mis padres?
-Porque no sabía si eran Espadachines o no, y por si acaso
-¿Pero siguen vivos no?
-Sí, vivos completamente
-¿Y si los rescatamos?
-No
-¿Por?
-Porque Shumo cree que están muertos, le hice creer que los maté
-¿Y dónde están entonces?
-Si ya te lo dije, en la torre
-¿Y Shumo no se da cuenta?
-No, están sedados y escondidos en el trastero
-Pero eso fijo que es seguro ¿no?
-Que sí, están perfectamente, aunque no pienses en ellos ahora
-¿Y entonces en qué pienso?
-En mí- su respuesta me llega a los oídos unas decimas de segundo antes de sentir sus labios  sobre los míos, le respondo al beso y le abrazo con fuerza, cuando nos separamos jadeo, pero no me suelto de él, me sonríe y yo hago lo mismo mientras murmullo:
-Es verdad
-Sí, ya es la hora de que pensemos solo en nosotros dos- responde en el mismo tono que yo
-Será que no lo hicimos en el bosque antes- bromeo separándome ligeramente de él
-Si no hubiese estado Kozy…
-Ya… si te soy sincera no sé lo que habría pasado
-Pues yo si- responde antes de volver a besarme, me coge por la cintura y me obliga a sentarme sobre sus piernas, le agarro por la camiseta y él se recuesta sobre el suelo y me arrastra sobre él, le rodeo con mis piernas las suyas y nos seguimos besando, me quita despacio la camiseta y yo suavemente los pantalones.
Y nos perdemos en un intenso placer bajo las estrellas que están empezando a asomar sin darnos cuenta de un par de ojos que nos espían entre unos arbustos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario