-Eres tonto-
le digo en cuanto Samara cierra la puerta de un fuerte golpe
-Habló-
comenta desdeñosamente Mark
-¿Habló
quién?-pregunto ya sabiendo la respuesta
-Pues al
chico que no dura ni un solo día con su novia
-Solo está
enfadada
-Sí, seguro,
mira Jalso, conozco muy bien a mi hermana, y si algo se sobre ella, es que aunque
esté enfadada, lo que dice siempre va enserio
-Pues ahora si no te importa, me voy a
buscarla para hacer las paces
Hago un
amago de ir a abrir la puerta, sin embargo, con un movimiento rápido y
habilidoso, Mark desenfunda su espada y le interpone entre yo y el picaporte y
me susurra con una voz melosa:
-Yo que tu
no haría eso
Le imito
sacando también mi espada de su vaina y me pongo en guardia murmurando:
-No quieras
luchar conmigo
-Vaya que sí
lo quiero, tengo unas ganas locas de acabar con tu vida
-Pues
empieza, pero te advierto, intentaré matarte
-Bien, digo
lo mismo
Y no me da
tiempo a reaccionar, se lanza sobre mí con un grito salvaje blandiendo su
espada, sin embargo no me es difícil poder parar el golpe, que aprovecho el
momento en el que se tambalea sobre su pierna izquierda para asestarle una
fuerte patada en su estómago que lo impulsa hacia atrás y se cae al suelo con
un golpe seco.
Me acerco
dispuesto a asestarle un último golpe mortal en su pecho, llego a él, echo la
espada hacia atrás y justo cuando la suelto con fuerza hacia delante, otra
espada se interpone entre la mía y su objetivo. Levanto la vista sorprendido y
veo a Shumo entre los dos, me mira a los ojos y susurra:
-No lo
mates, lo necesitamos
-Pero…
-No hay
peros que valgan, sabes de sobra que tengo razón
-Vale-
concedo
-Bien, y tu-
dice refiriéndose a Mark- levántate y da gracias a que he llegado a tiempo
Mark se
levanta de forma un poco torpe y aprecio unos cuantos golpes y heridas,
posiblemente por culpa de los barrotes de la celda contra los que ha caído, y
me doy cuenta de que tiene toda la camiseta por detrás cubierta de sangre,
tardo un poco en darme cuenta de que ha sido que se ha caído sobre el filo de
su propia espada y no puedo reprimir una sonrisa de satisfacción, Shumo no
parece darse cuenta, sin embargo Mark si, y me dice despacio entre jadeos:
-No me
puedes matar, ¿o se te ha olvidado?
-No, sin
embargo como me sigas tocando las narices de esta forma te mataré pase lo que
pase
-Pues lo que
pasara es que…
Y entonces
Mark pierde el conocimiento y se desploma contra el suelo, parece muerto, sin
embargo su pecho sube y baja lentamente, lo que indica que todavía tiene algo
de pulso.
-Jalso,
ayúdame a levantarle para llevarle a su habitación
-¿Y no lo
podemos dejar aquí tirado?- pregunto sarcásticamente
-Ya sabes
que no me gustan tus sarcasmos
-Lo siento,
no lo he podido remediar
-Vale, pero
ahora déjate de comentarios y ayúdame
Lo cogemos
entre los dos, yo por los brazos y él por las piernas, y mientras subimos las
escaleras Shumo me pregunta:
-¿Y qué tal
con Samara?
Casi dejo
caer a Mark de la sorpresa por la pregunta, lo vuelvo a agarrar bien y le
contesto despacio meditando sobre las palabras que estoy usando:
-¿A qué te
refieres?
-Vamos
Jalso, lo sabes de sobra
-No…
-Sí, sí que
lo sabes, y yo también
Ya hemos
llegado al pasillo cuando le respondo haciéndome el inocente:
-Pues no
-Venga ya,
¿te crees que no me iba a dar cuenta de que te has enamorado de ella de verdad?
Silencio,
vale, me ha pillado, no sé que responder, y él se debe de dar cuenta, por lo
que me dice:
-Supongo que
en la celda no ha ido muy bien, ¿me equivoco?
-No, no lo
haces, le conté todo lo que había pasado
con Lume y yo
-Ay Jalso…
-No, no me
digas nada más, yo quiero ser sincero con ella
-Bien, pero
si no vas a explicárselo, la perderás para siempre
-¿Qué?- le
pregunto confundido
-Pues que
vayas a por ella, venga, no pierdas el tiempo, ya tendrías que estar saliendo
por la puerta
-¿En ser…?
-¡SI!-
exclama- ¡Vete antes de que pierda la paciencia!
Una sonrisa
ilumina mi rostro, y mientras echo a correr hacia la puerta le grito:
-¡Gracias!
¡Te debo una!
-¡Si consigo
que te cases y asientes un poco la cabeza no me deberás nada!
Sigo
corriendo mientras hecho la cabeza hacia atrás y me rio al atravesar la puerta
pensando que la próxima vez que lo haga, puede ser con Samara agarrada de mi
brazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario